La segunda partida del match por el titulo mundial de ajedrez mantiene la incertidumbre. Esta vez el campeón vigente, el noruego Magnus Carlsen, conducía las piezas blancas pero el desenlace final del choque fue el mismo del día anterior: tablas. En el marcador, tras dos partidas de las 14 programadas, empate a uno.
LA PARTIDA:
Magnus Carlsen abrió con 1.d4, Nepomniachtchi renunció a su Grünfeld y el noruego dirigió la partida hacia una apertura catalana. En 1929, en el histórico torneo de Barcelona, se quiso inmortalizar el acontecimiento y el gran maestro internacional polaco y francés Savielly Tartakower propuso que la combinación d2-d4 y g2-g3, que él había jugado durante el torneo, fuera bautizada como "apertura catalana".
El transcurso de la apertura discurrió por senderos de gran complejidad, en los que Carlsen arriesgó sacrificando la calidad a cambio de una fuerte iniciativa aprovechando la pasiva situación de las piezas negras y un enorme caballo blanco situado en pleno corazón de la posición rival. Ello obligó a una difícil defensa de Nepo, quien tuvo que devolver todo el material capturado, quedándose incluso con un peón de menos.
Afortunadamente para el jugador ruso, pudo simplificar la posición y el poco material que quedó en el tablero le ofrecieron la posibilidad de conseguir las tablas tras la jugada 58. Un resultado feliz para el aspirante y un tanto amargo para el campeón, quien -como en la primera partida- se mostró superior a su rival, aunque no fuera suficiente para desequilibrar el resultado.
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